Microrrelato: Transhumanidad off
Hubble extreme Deep Field. Digital Art de eReSaW
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Muy pocos fueron los que, hace tan sólo unas generaciones, daban crédito alguno a las teorías sobre la singularidad tecnológica. Menos aun los que habían oído hablar siquiera del transhumanismo.
Parecían ideas de locos. Fruto de la imaginación desmesurada de devoradores de libros de ciencia ficción.
Pero lo cierto es que sucedió. Primero fueron las prótesis mejoradas, que permitían mediante la bioingeniería, reemplazar y mejorar los tejidos. Los órganos y sistemas vinieron poco después.
Transcurrido algún tiempo, tras superar numerosos debates éticos, le llego el turno al órgano por excelencia: el cerebro. Una vez alterado el primero artificialmente, el progreso tecnológico y científico tomó un impulso aun mayor, pues éste era capaz de mejorarse a sí mismo.
Aunque ya se había alcanzado una longevidad muy elevada para la especie humana, no tardó demasiado en darse el siguiente paso, transfiriendo toda la organización neuronal a estructuras artificiales. Los recuerdos, las emociones, incluso la conciencia, abandonaron el entorno biológico para alojarse en uno puramente tecnológico, mucho más fácil de mantener y perdurable en el tiempo.
Muchos creyeron estar a punto de alcanzar la felicidad eterna.
La «vida» pasó a ser un desarrollo de experiencias puramente virtuales, apenas conectadas con el mundo físico original. Todo era ilimitado. La libertad era absoluta. Ya nada estaba ligado a las férreas imposiciones de las leyes físicas. Desaparecieron el placer y el dolor, pues ya no eran necesarios para la supervivencia. La reproducción tampoco tenía sentido ya.
El sistema continuó evolucionando increíblemente rápido, aunque la percepción del propio transcurso del tiempo nada tuviera que ver ya con el original. Las mentes se conectaban y fundían en una sola entidad.
Finalmente hoy, sucedió. La nueva conciencia, la gran emergencia. El ser de seres.
En un instante infinitesimal, surgió, comprendió el todo y se desorganizó, poniéndose con ello fin.
Su propia existencia carecía para sí de cualquier sentido. Transhumanidad off.
Raúl
El órgano corporal sobre el que el influjo de la corriente transhumanista trasciende en mayor medida es el corazón. Un órgano que dentro de su complejidad es relativamente simple, una bomba hidráulica, bien estudiado desde hace varios siglos, bien entendido, al extremo de que ha habido pacientes portadores de corazones artificiales (ej. Jarvik 7) durante al menos unos meses. Impensable hasta el momento algo parecido con un riñón, un hígado y no digamos el cerebro.
Los cardiólogos se han volcado en investigar conductas perjudiciales para el, para llevar a cabo acciones preventivas, y posteriormente se han ido desarrollado fármacos y técnicas que lo hacen perdurar, sino eternamente, mucho más….. que lo que el resto del cuerpo puede aguantar.
Y ahí hay un problema. El transhumanismo parcial genera muchos problemas y podríamos caricaturizar la situación como que los cardiólogos en su afán por llevar el corazón más allá (transhumanizarlo) están haciendo y consiguiendo que nos muramos ahogados por nuestras propias secreciones, escarados y con un deterioro cognitivo que proporciona una calidad de vida lamentable.
Esto hace que muchos añoren una muerte rápida, como sólo un problema cardiaco puede proporcionar, y se planteen la conveniencia de las altas exigencias marcadas para los niveles de tensión arterial, colesterol, etc, recomendables.
Dadme la transhumanización entera, no una parte, que es peor.
Luis Hernández
Jajaja, ¡muchas gracias por tu comentario Raúl!.
La verdad es que tienes toda la razón .Muchas veces no sabe uno muy bien hacia donde avanzamos, o tan siquiera si estamos mejor o peor que antes de «avanzar».
¡Un abrazo!
juan
Jaja no entiendo por que la vida perdió significado, si somos maquinas en el paraíso.
Luis Hernández
Hola Juan, muchas gracias por tu comentario.
«Máquinas en el Paraíso» es un libro de José Elias que considero muy interesante, así como su blog en Eliax.com. No obstante no estoy necesariamente de acuerdo con todas sus ideas. En este microrrelato conscientemente propongo una evolución muy diferente a la que el sugiere.
La idea es provocar una reflexión sobre qué somos, hacia donde nos dirigimos y el sentido que pueda tener esta evolución científico-tecnológica en la que estamos sumidos.
Un saludo