10 trucos para hacer tus presentaciones más interesantes

10 trucos para hacer tus presentaciones más interesantes

Todos nosotros, en un momento u otro y por muy diversas razones, hemos tenido que realizar una presentación: Exponer un trabajo como estudiantes, defender un proyecto ante nuestros clientes o jefes, trasladar los resultados de una investigación o incluso realizar una ponencia o impartir una clase, son tan solo algunos ejemplos.

Sin importar el objetivo o las características de cada presentación particular, siempre existe una característica común a todas ellas:

Deseamos transmitir una determinada información a una audiencia.

Para que nuestra presentación sea un éxito, es un requisito fundamental que la información sea  asimilada, comprendida y recordada adecuadamente por nuestro público. Por esta razón solemos recurrir a apoyos visuales, como las conocidas diapositivas de Power Point, KeyNote o aplicaciones similares, confiando en que así conseguiremos aportar mayor interés a nuestra exposición.

Sin embargo, paradójicamente, el efecto suele ser el contrario: Hasta el 95% de las presentaciones fracasan por ser monótonas, aburridas y confusas. No logrando el objetivo pretendido que no es otro que facilitar la asimilación y retención de cuanto tratamos de explicar. Hasta tal punto que existe un conocido «síndrome» en las empresas denominado «Death by Power Point» (muerte por Power Point) y del que podemos encontrar numerosas referencias en Internet, la mayoría muy divertidas :-).

muerte por power point

El diagnóstico es claro: nos afanamos más en asegurarnos de que está toda la información, que en el modo en que vamos a transmitirla a nuestro público.

Pero no desesperemos, aplicando unas sencillas técnicas, con algo de trabajo y un poquito de práctica, podemos aprender a realizar presentaciones de calidad, interesantes y hasta memorables que cambien por completo la percepción que tenemos de ellas. Incluso disfrutándolas.

Veamos 10 trucos para hacer tus presentaciones más interesantes:

1. Concéntrate en transmitir la idea principal.

Parece un consejo muy básico, pero es el que más a menudo se pasa por alto. ¿Cúal es el mensaje principal?. Detéctalo y utiliza el resto de la información para reforzarlo. Prescinde o reduce al mínimo todo aquello que resulte innecesario o superfluo. El exceso de información y datos no hará más que aportar ruido y confusión a tu exposición.

 2. Cuenta una historia.

Las historias son la forma más natural de aprendizaje. Antes de que se inventase la escritura, todo el conocimiento humano se transmitía mediante la tradición oral y nuestros cerebros están diseñados para aprender mediante narraciones. Cualquier tema es susceptible de contarse en forma de historia, utilizarla a modo de introducción, o como un apoyo durante su desarrollo. Las historias son una forma garantizada de captar la atención de tu público.

3. Haz que tu audiencia participe.

Haz preguntas, solicita su opinión o incluso mejor, propón un juego o pide voluntarios para una demostración. La interacción con los asistentes es uno de los mejores trucos para conectar con ellos y potenciar su atención.

4. Utiliza un lenguaje coloquial.

La frialdad en la comunicación, un lenguaje excesivamente formal, la prepotencia y el uso de tecnicismos, no harán más que alejarte del éxito en tu presentación. Localiza los términos que pudieran resultar de difícil compresión y sustitúyelos por otros, o asegúrate de explicarlos convenientemente. No des por sentado conocimientos. Como si explicaras para un niño o alguien que lo hubiera olvidado casi todo. Se humilde y empatiza con la dificultad de los demás para comprender algo que quizá tu conozcas profundamente, pero para ellos sea algo completamente nuevo.

5. Olvídate de ti.

Esto puede sonar un poco extraño, pero el principal hándicap a la hora de hablar en público es ser excesivamente conscientes de la imagen que estamos proyectando y preocuparnos por la opinión que de nosotros se puedan hacer. Antes de comenzar, puedes comprobar tu ropa, tu peinado o cualquier otro detalle, pero no durante la presentación. Una vez comiences a hablar debes concentrarte exclusivamente en la información que quieres dar y en aportar la máxima claridad en tu exposición. Di adiós a tus inseguridades. No importa si te equivocas, se te traba la lengua o te quedas en blanco… olvídate de ti, pide perdón si lo consideras oportuno y continúa como si nada hubiera pasado. El truco está  en centrarse siempre en lo que quieres contar.

6. Siéntete entre amigos.

Hay quien te recomendará que, para calmar los nervios, imagines a tu audiencia desnuda o en situaciones ridículas. Yo creo que es mucho mejor tratar de sentirte entre amigos. Da igual que sea un tribunal de oposición o el más antipático de tus jefes, si consigues verles como aliados, ellos te percibirán también a ti como tal. Eso si, sin perder jamás el respeto ni demostrar excesiva confianza.

7. Diviértete.

Si es aburrido para ti, ten por seguro que también lo será para ellos. Recuerda que hasta el 90% de la comunicación puede no ser verbal, y se procesa de manera inconsciente. Si sientes pasión por lo que cuentas, los asistentes también la sentirán contigo, casi sin darse cuenta. Emociónate y se emocionarán contigo. Despertar las emociones es la vía más segura para conectar con ellos y ayudar a fijar la información.

8. Ayuda a visualizar.

Muchas veces las presentaciones están pobladas de cifras y datos de todo tipo, pero sin el contexto adecuado resultan muy difíciles de visualizar y comprender. Si es posible, redúcelos a la mínima expresión y ofrece comparaciones que resulten familiares y que ayuden a darles sentido. Si por ejemplo tu empresa fabrica 20 millones de pelotas de golf al día, indica que podrían llenarse tres estadios de fútbol con todas ellas. Si al mismo tiempo mostramos un dibujo que lo represente, mucho mejor.

9. Sorprende.

Una pequeña sorpresa, algo que no esperen, es la mejor manera de traer de vuelta o potenciar la atención de tu público: una demostración, un chiste, una imagen o vídeo impactantes o incluso un truco de magia adecuadamente contextualizado. Casi todo vale si llama suficientemente la atención. Eso si, asegúrate de que no sea tan memorable que termine siendo lo único que recuerden :-).

10. Diseña adecuadamente tu Power Point.

Si, Power Point, o cualquier otro programa de creación de presentaciones, es un gran apoyo en una presentación. Pero no debemos perder de vista que debe ser solo eso, un apoyo que no ha de robar protagonismo al orador.
Utilizarlo adecuadamente es todo un arte y dedicaré el próximo post en el Blog SinLios a compartir los mejores trucos para darle un uso verdaderamente eficaz.

Desde luego existen muchos otros trucos y técnicas para hacer tus presentaciones más interesantes. ¿Conoces alguna?. ¿Te gustaría compartirlo en el hilo de comentarios?. Estaremos encantados de leerlo.

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